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viernes, 11 de enero de 2013

Pensamientos de paseo

Espero el 2012 te dejara una sonrisa de esas que después de mucho disfrutar, hacen que te duelan los cachetes y que este año se venga mucho mejor y haya comenzado excelente.

Sin más de eso, debo decir que este día empezó de lujo, aunque ¡claro! no por eso no odié que me despertaran taaaan tamprano... Resulta que recibí una llamada en calidad de "sé que es muy temprano pero ¿puedes...?" y bueno... No me quedó más que acceder (también al hecho de que era muuuy temprano jeje).

La verdad es que fue emocionante despertar con ese "¿Puedes traerme tú libro? Ah y que sean 2", así que ya con los ojos abiertos (no sé aún si por la emoción o porque de verdad intenté que no se oyera lo adormilada en mi voz) y después de un rato, salí al encuentro con una sonrisa de felicidad acompañada de un toque de ánimo al estilo Russell (Sí, el de UP) con todo el drama del "estoy cansado"...

¡Y lo que me tenía preparada la mañana!

Eso de descubrir que alguien que apenas y me conoce, me recomienda, en realidad me pone a trabajar, así que estuve calentando motores para continuar escribiendo lo que será el no sé si segundo o tercero... Dependiendo cómo se den las cosas, pero que por lo visto, deberá tener cierta relación con este.

En fin, luego a caminar... No diré que caminé hasta casa, pero sí di unos cuántos pasos antes de rendirme ante la poderosísima combi y en el trayecto, curiosamente me topé con una plática asombrosa. Encontré de camino a mi mejor amigo, ¿quién lo diría? Hace tanto que no platicábamos tan tranquilamente y tan de lleno, que pude percatarme que me ha pasado que como sé que "anda por ahí" no me había hecho tiempo para él. Creo que a todos nos pasa en algún momento... Habrá que corregirlo...

Luego en la parada, aprovechando mi sentido de curiosidad casi nada apoderado de mí (¡ajá!), me pongo a observar a las personas que también están ahí y me hago consciente de lo genial que es esperar el transporte que nos lleve a nuestro destino; independientemente del "esperar en sí", se suceden muchas historias: Los amigos que ríen juntos por alguna anécdota que recuerdan, los que se despiden y abrazan, los que van solos y no saben dónde colocar sus manos o cómo acomodarse, los desesperados y... ¡Momento! Un chico de la nada aparece y le ayuda con sus cosas a una señora, su mirada no duda, no le preocupa si lo están viendo o no, hace por ayudarla y después le desea un buen día. La señora agradece pero él ya no puede oírla, corre, pues se da cuenta que la combi que llevaba rato esperando se enfiló en el "durante" y está por salir. No la alcanza, sin embargo hay algo en su mirada que hace saber que tendrá que esperar un buen rato más pero no se arrepiente, en definitiva un caballero, alguien debería decirle lo maravilloso de ese detalle. Recuerdo entonces a un pequeño que semanas atrás estaba por subir al camión junto con su mamá y su hermano, y cómo cediéndole el paso a ella, logró colarse entre su hermano y otros 2 señores que querían subir, para abrir paso al resto de las mujeres, después de las cuáles dejó subir a su hermanito, luego a los señores y finalmente él. Ya arriba, no había lugar, su mamá cargaba a su hermano para dejar que otro se sentara. Su carita se iluminó al ver como uno de ellos le cedía su asiento. Cosas pequeñas que para muchos podrían no valer nada, a otros nos "hacen el día"...

En la radio se escuchan las malas noticias (a veces me queda el amargo sabor de boca del pensar si acaso habrá de otras), todos atentos y alguien hace un comentario al respecto. Luego, una chica sube con una sonrisa y da los buenos días, se sienta y aunque no deja de importarnos lo escuchado, parece que todos nos damos cuenta que no todo está perdido, aún hay buenas personas por todos lados. Volvemos a lo nuestro... Poco antes de llegar a casa veo pasar al señor del periódico, y aunque escucho aquel "¡Suceso aterrador!", me doy cuenta que tantas cosas han pasado en este rato, que me siento más emocionada y sorprendida por ver cómo reparte el periódico en su bici, acompañado de sus muchos años y aún cantando las noticias de primera plana, con un gusto por su trabajo que le llena la mirada. Nada para volver a casa sonriendo, como ese brillo en aquellos ojos de niño, "viajeros" de un sendero largo...

Aún mucho por escribir y todavía una excursión prometedora... Te veo pronto...