¿De qué color son sus ojos?

Me quedo con esa pregunta sin respuesta, no es que no lo recuerde, parecerá ilógico, pero viéndolo a los ojos, lo único que sobraba dentro de lo interesante, era su color.
Si fueron verdes, azules, café oscuro, o incluso rojos, no pudo importar menos.

¿Con cuántas palabras inició todo?
Si acaso 13, como el número de mi asiento en aquel recorrido, como el número de personas que lo ocupábamos, chofer incluido.
Pero en él vi una vida. Miré sonrisas y al percatarme que aún en la superficie sólo existía su interior, lo supe.

¡Qué orgullo!
Una mirada limpia en aquel portaretratos repleto de arrugas.

Pude adivinar a su familia, su felicidad causante y recíproca, los pasos firmes e incluso los atolondrados. Una vida creativa y generada desde dentro.

¡Eso quiero! Creer y ser... Un paso a la vez...

Hoy creo más en las personas, creo más en el poder de las sonrisas, creo como siempre en las miradas.

Y pensar que esto me lo trajo el boleto de una maleta...

Señor ¡me quito el sombrero! Un honor coincidir con su mirada.

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Encuentro de martes 27 de mayo de 2014, 15:00 hrs.
Asientos 18 - 13
"- Disculpe ¿sabe si no importa que no me dieran nota para mi valija? [...]"