Quizá lo importante no sea soñar, ¿qué vale una ilusión cuando no pensamos en hacerla realidad?, quizá lo importante en cada sueño es que nos muestran el camino hacia una posible y próxima realidad… Vivimos de sueños porque nuestro mundo, ese que alimentamos en nuestro interior, ese del que nuestras almas son dueñas, nos hace sentir y creer que pueden ser tan reales y vitales como el mismísimo aire, para crecer y ser mejores día con día.
Tal vez lo importante de soñar es que logramos conocernos un poco más, los sueños nos permiten moldear nuestro espíritu hasta que éste se decide a liberarse, explotando dentro de nosotros para darnos fuerza y demostrarnos que lo que importa es el presente y que cada respiro es una nueva oportunidad de vivir, de realmente vivir.
Por eso cada suspiro que lanzamos al viento, cada sonrisa que regalamos a un extraño o conocido, aún cuando no lo notamos, cada gesto y cada mirada, son esperanza y motor para continuar siempre hacia delante, disfrutando del panorama que nos regala la naturaleza.
Los detalles son importantes, clave básica para darnos cuenta de que estamos vivos, lo que podemos observar con el corazón y sentir con el alma, es lo que hace que el viaje valga la pena, lo que da sentido a nuestro triunfo cuando logramos llegar a nuestro destino, así que disfruta también de cada caída, tropiezo o golpe, todos prueba de que se ha recorrido con esmero la senda y al final, representan una lección aprendida y nos ayudan a valorar más aún el final de nuestro sueño, que terminada la aventura, podemos llamar REALIDAD.
